FIB (Felicidad Interna Bruta) como alternativa al PIB

FIB (Felicidad Interna Bruta) como alternativa al PIB
En el convulso panorama de la economía global, las naciones han buscado durante décadas un modo de medir el progreso y el bienestar de sus ciudadanos. El Producto Interior Bruto (PIB) ha sido el estándar predominante desde su concepción en la década de 1930. Sin embargo, no todos los países están de acuerdo con esta métrica, pues consideran que el PIB no refleja adecuadamente la calidad de vida y el bienestar general de una población. Uno de los países más notables en cuestionar esta medida es Bután, una pequeña nación enclavada en el Himalaya.
Orígenes del índice de felicidad bruta (FIB)
En los años 70, Bután, bajo el liderazgo del cuarto Rey Jigme Singye Wangchuck, tomó la audaz decisión de adoptar un enfoque diferente para medir el progreso de su nación. En lugar de seguir el paradigma occidental del PIB, Bután introdujo el concepto de Felicidad Interna Bruta (FIB). Este índice se fundamenta en la premisa de que el verdadero desarrollo de una sociedad ocurre cuando el desarrollo material y espiritual se armonizan, lo cual en última instancia conduce a la felicidad de sus ciudadanos.
Pilares del FIB
El FIB se basa en cuatro pilares fundamentales: desarrollo socioeconómico sostenible y equitativo, conservación del medio ambiente, preservación y promoción de la cultura, y buen gobierno. Estos pilares reflejan una visión holística del desarrollo que va más allá de los indicadores económicos tradicionales.
- Desarrollo socioeconómico sostenible y equitativo: Este pilar busca asegurar que el crecimiento económico beneficie a todos los sectores de la sociedad, reduciendo las desigualdades y promoviendo un desarrollo inclusivo.
- Conservación del medio ambiente: Reconociendo la importancia vital de los recursos naturales, Bután ha implementado políticas para proteger y gestionar su entorno natural, asegurando la sostenibilidad para las futuras generaciones.
- Preservación y promoción de la cultura: La identidad cultural y los valores tradicionales son aspectos esenciales del bienestar. Este pilar enfatiza la importancia de mantener las prácticas culturales y religiosas que cohesionan a la sociedad butanesa.
- Buen gobierno: La transparencia, la responsabilidad y la participación ciudadana son componentes clave de un buen gobierno, considerado fundamental para fomentar la felicidad y el bienestar.
Implementación y medición
La implementación del FIB implica la recopilación de datos a través de encuestas detalladas que evalúan nueve dominios: bienestar psicológico, uso del tiempo, vitalidad comunitaria, diversidad cultural y resiliencia, salud, educación, diversidad y resiliencia ecológica, nivel de vida, y buen gobierno. Estos dominios permiten a Bután medir de manera más precisa y completa el bienestar de sus ciudadanos.
Impacto y reconocimiento internacional
A lo largo de los años, el concepto de FIB ha ganado reconocimiento internacional, atrayendo la atención de economistas, sociólogos y líderes políticos de todo el mundo. En 2011, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución invitando a los países a medir la felicidad y el bienestar y a utilizar el FIB como guía para sus políticas públicas. Además, Bután ha organizado conferencias internacionales y ha colaborado con otras naciones y organizaciones para promover una comprensión más amplia del bienestar.
Aunque el FIB ha sido aclamado como una innovadora medida del bienestar, también ha enfrentado críticas. Algunos argumentan que el enfoque es demasiado subjetivo y difícil de cuantificar de manera consistente. Otros señalan que, a pesar de sus nobles objetivos, Bután aún enfrenta desafíos significativos en términos de pobreza y desarrollo económico. El Índice de Felicidad Bruta de Bután representa un enfoque valiente y novedoso en la medición del progreso nacional, desafiando la hegemonía del PIB y proponiendo una visión del desarrollo centrada en el bienestar humano y la sostenibilidad. Aunque no está exento de críticas, el FIB ha iniciado un diálogo global sobre la necesidad de revaluar cómo medimos el éxito y la prosperidad de nuestras sociedades, recordándonos que el verdadero objetivo del desarrollo es mejorar la calidad de vida de las personas.